- 22 feb 2018
- 1 Min. de lectura

Extraño tu sonrisa en mi boca, Y tú, dulce picardía de mi mirada. Extraño el roce de tu voz En mi piel adormecida, Y extraño el te quiero de las mañanas. Pero ausente no estás, Tan sólo dormido te encuentras. Te extraño unas cuantas horas, Hasta que entonces despiertes, Dulcemente entre mis ilusiones... Y buscando tu café con leche, Por fin, por ahí, me encuentres .
Filia Stellae
Derechos Reservados
